El patito se sentía muy desgraciado y muy sólo y decidió irse de allí. Cuando todos fueron
a dormir, él se escondió entre unos juncos, y así emprendió un largo
camino hasta que, de pronto, vio un molino y una hermosa joven echando
trigo a las gallinas. Él se acercó con recelo y al ver que todos
callaban decidió quedarse allí a vivir. Pero al poco tiempo todos
empezaron a llamarle "patito feo", "pato gordo"..., e incluso el gallo
lo maltrataba. Una noche escuchó a los dueños del molino decir: "Ese
pato está demasiado gordo; lo vamos a tener que asar". El pato enmudeció
de miedo y decidió que esa noche huiría de allí. Durante todo el
invierno estuvo deambulando de un
sitio para otro sin encontrar donde vivir, ni con quién. Cuando llegó
por fin la primavera, el pato salió de su cobijo para pasear. De pronto,
vio a unos hermosos cisnes blancos, de cuello largo, y el patito
decidió acercarse a ellos. Los cisnes al verlo se alegraron y el pato se
quedó un poco asombrado, ya que nadie nunca se había alegrado de verlo.
Todos los cisnes lo rodearon y lo aceptaron desde un primer momento. Él
no sabía que le estaba pasando: de pronto, miró al agua
del lago y fue así como al ver su sombra descubrió que era un precioso
cisne más. Desde entonces vivió feliz y muy querido con su nueva
familia.
15 de noviembre de 2012
El patito feo
En una hermosa mañana primaveral, una hermosa y fuerte pata empollaba sus huevos y mientras lo hacía, pensaba
en los hijitos fuertes y preciosos que pronto iba a tener. De pronto,
empezaron a abrirse los cascarones. A cada cabeza que asomaba, el
corazón le latía con fuerza. Los patitos empezaron a esponjarse mientras
piaban a coro. La madre los miraba eran todos tan hermosos, únicamente
habrá uno, el último, que resultaba algo raro, como más gordo y feo que
los demás. Poco a poco, los patos fueron creciendo y aprendiendo a buscar entre las hierbas los más gordos gusanos, y a nadar y bucear en el agua.
Cada día se les veía más bonitos. Únicamente aquel que nació el último
iba cada día más largo de cuello y más gordo de cuerpo.... La madre pata
estaba preocupada y triste ya que todo el mundo que pasaba por el lado
del pato lo miraba con rareza.
Poco a poco el vecindario lo empezó a llamar el "patito feo" y hasta sus
mismos hermanos lo despreciaban porque lo veían diferente a ellos.
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